El día que más han valorado es cuando realizamos la excursión, pudimos ver los efectos de la crecida; acequias y motas rotas, campos y sotos inundados.
El buen tiempo nos acompaño, hacia calorcito y nada de aire, las aves exhibían su plumaje y sus cantos, en el barro que el río ha depositado se mostraban los pasos de tejones, cigüeñas, ginetas y el abundante jabalí.
El último día en clase pudimos recordar todo lo aprendido y también tuvimos la visita de un erizo, el pobre tenía tanto miedo que no quería salir de la bola que había formado con sus púas.
Ahora estos descubridores de la Reserva junto con sus profesores serán los encargados de dar a conocer este singular Espacio Natural al resto del colegio. Esperamos pronto noticias y también que os animéis a venir con amigos y familia a la Alfranca, es un lugar que merece la pena conocer y conservar.
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